Detrás del Mercado Modelo de Salvador está la terminal de barcos desde donde se parte al Morro de San Pablo, un hermoso pueblo ubicado en la isla de Tinharé, en el municipio de Cairo. Se puede llegar en dos horas en catamarán.
Lo primero que se ve al llegar al Morro es el Forte da Ponta, que servía para proteger a las grandes ciudades de las invasiones extranjeras. Hoy allí se ubican los boliches y los hoteles más exclusivos de la isla. Para entrar todos deben pagar un bono que ayuda a mantener la infraestructura del lugar y encarar reformas.
En la primera playa se despliega el centro comercial. En la segunda y tercera playa es donde se concentra la mayor cantidad de gente, y el mar es calmo, con apenas algunas ondulaciones. La cuarta playa es ideal para los que buscan más tranquilidad. Esta variedad de playas hace que el Morro sea uno de los lugares más democráticos de Bahía, ya que es propicio para adolescentes en busca de diversión, para gente que viaja sola y para parejas.
Otro punto fuerte del Morro es la variedad de comidas que se puede encontrar. Se puede almorzar y cenar desde parrilladas argentinas, pizzas, sushi y pastas hasta la heterogénea comida bahiaza (se destacan la moqueca de peixe, la mariscada y el bife acebollado).
Durante la noche, todos los bares encienden velas en las mesas y los músicos salen a tocar con sus guitarras y tambores.
Las excursiones en barco durante el día (los guías recorren las posadas para ofrecerlas) incluyen buceos, visitas a piscinas naturales y corales que están en el alto mar. Así es posible llegar a otras partes de la isla, como Boipeba, una villa de pescadores que cuenta con bellas playas grandes. Cerca también está Gamboa, a donde se llega a pie atravesando un morro, si es que la marea baja; o en barco, en quince minutos. Allí está la famosa montaña de arcilla, que contiene propiedades naturales para exfoliación de la piel.
Fuente: Lonely Planet – Noviembre 2012